Uno de los proyectos más anhelados por la Hermandad de la Oración en el Huerto ha sido la construcción de su Casa-Hermandad. En su construcción se han visto envueltas varias Juntas de Gobierno, muchos hermanos y un sin fin de deseos e ilusiones. Por eso se puede decir que desde el principio se concibió la Casa-Hermandad, como un lugar para que los hermanos pudiesen disfrutar de la misma y así poder hacer vida de hermandad, reunión y convivencia. Tal es así, que se puede decir que los hermanos empezaron a disfrutarla desde sus cimientos, puesto que fueron ellos los que la comenzaron y han sido ellos los que la han terminado.
La Casa-Hermandad o Getsemaní como se ha denominado a la
misma, se puede dividir en diferentes estancias. Podemos decir que la zona de uso
y disfrute de todos los hermanos, y cofrades en general, tiene una gran
importancia, tanto en el espacio que ocupa en la planta del edificio, como en
la ubicación en la misma.
Al lado izquierdo del patio, se accede a otra de las zonas
de reunión de los Hermanos. Se trata de un gran salón multiusos. En el
mismo salón existe una barra para poder degustar los caldos típicos de nuestra
tierra, a la vez que sirve de apoyo para las convivencias que realiza la propia
Hermandad. Este salón está pensado para albergar en el desde proyecciones,
exposiciones, y actos varios, hasta los ensayos de las cuadrillas de costaleros
de la Hermandad y de la Asociación Parroquial de la Medalla Milagrosa, así como
de las corporaciones sanluqueñas que así lo han solicitado. En el mismo salón
se encuentran los baños, a los que también se pueden acceder desde el patio.
Desde el salón se ingresa en una zona que podemos denominar de mayordomía. Esta zona tiene aproximadamente las mismas dimensiones del salón, pero con una pequeña modificación. En su parte posterior se ha realizado una habitación en la que tiene cabida todos los enseres de la corporación y los pasos. A esta zona de mayordomía se accede también desde la calle mediante una puerta para así facilitar la salida de los pasos para los ensayos y traslados a la Iglesia.
Por último, nos gustaría destacar
“las calidades” que posee la Casa-Hermandad de la Oración en el Huerto. Estas
calidades no son tangibles, ni materiales, es algo que pasa desapercibido para
mucha gente en la sociedad actual, y por extensión en el mundo de las
Cofradías. No existe mejor cimiento que el que se ha echado entre los que allí
han colaborado, no existe mejor
estructura ni forjado que el que ha unido a un grupo de cofrades que se han
convertido en amigos. Esas “calidades” no la podremos encontrar en ninguna otra
parte que en el tejar del día a día, en la fábrica de la ilusión por común.
Esta ha sido una Casa-Hermandad con mayúsculas, porque se ha hecho en ella lo
que tiene que ser una Hermandad desde el primer ladrillo que se puso hasta la
hora en la que se terminan las obras. Hermanos, que han ido acercándose para
ayudar a su construcción, para así poder tener una sede digna donde todos
podamos disfrutar de nuestra Hermandad, de nuestros Hermanos, en definitiva de
nuestros amigos y nuestra casa.
INAUGURACIÓN CASA-HERMANDAD GETSEMANÍ
En este acto también
se quiso recordar la memoria y el trabajo realizado por el Hermano y Alcalde D.
Juan Rodríguez Romero, en la figura de su hijo, entregándole a éste la Insignia
de Oro de la Hermandad y el
correspondiente diploma como colaborador en la construcción de tan preciado
inmueble.
El Rvdo. Padre D. Luís Salado de la Riva, bendijo la Casa-Hermandad, y acto seguido se accedió a la misma, en la que todos los hermanos y cofrades que allí estaban presentes pudieron disfrutar de las magníficas instalaciones que se estaban inaugurando. Se pudieron ver expuestos los enseres de la Hermandad en las vitrinas del salón y de la sala de Juntas. También se pudo disfrutar del nuevo paso de misterio que se está realizando para nuestro titular y de las bambalinas y respiraderos del paso de palio, puesto que la mayordomía se acondicionó para tal efecto.